Tenía conocimiento por supuesto de que ya se trabajaba con computadoras, en oficinas, bancos, etc. y que el cambio tecnológico se daba a pasos agigantados y era conciente que también las sociedades neoliberales eran las más propensas a comenzar y reforzar esos cambios.
Parafraseando a Castells: “...el modo de desarrollo informacional nace en los años setenta....en los países centrales, y que este modelo está basado en tres ideas: la liberalización, la desregulación y la competitividad internacional”. En nuestro país el auge del neoliberalismo llega en los noventa, veinte años después, pero se extendió a la velocidad de la luz.
Comienzo en 1993 a trabajar en una Escuela Especial, en dónde utilizábamos como recurso para ampliar contenidos o trabajar temas específicos la TV. y una videograbadora, (sobre todo para trabajar en los talleres de higiene, salud, o educación vial utilizábamos videos ilustrativos para vivenciar después a través de actividades cotidianas)
Surge en 1996 la posibilidad de que nos acerquen una computadora 486 para trabajar con algunos chicos con Parálisis cerebral en MS-DOS con programas básicos de escritura, y nociones espaciales.
Más adelante a través de lo que en esa época existía como Plan Social, la escuela adquirió varias computadoras para seguir trabajando con algunos programas educativos. En ese momento la computadora era utilizada en momentos durante el horario de clases, y en determinadas áreas dónde se necesitaba más apoyo.
Luego encuentro el programa Clic, programas para pintar, sumar, restar, el procesador Word , los cuales eran utilizados junto a una profesora de computación y los chicos compartían ratos de trabajo.
Personalmente sentía mucha curiosidad e interés y ya había comenzado a conocer el mundo de las computadoras yendo a realizar cursos de Office y de manejo del entorno Windows.
Recién en el año 1999, adquirí mi primer computadora, una P 233, con 64 Megas de memoria Ram, y al año siguiente accedo por conexión telefónica a Internet.
La experiencia de trabajar durante esos años en la escuela con los chicos y las computadoras, me abrió una nueva etapa más cercana a las Tic.
Más allá de que la realidad de los chicos era difícil económicamente y socialmente, utilizamos la computadora y en ese momento fue muy positivo para ellos ya que algunos chicos comenzaron a utilizar el teclado para comunicarse, señalando solamente las letras para poder formar palabras y “hablar”, ya que desde su aparato fonador no les era posible hacerlo.
Durante esos mismos años en otra Institución, dónde en la actualidad me sigo desempeñando, comenzamos un nuevo proyecto de trabajo, con 2 computadoras en salas; trabajábamos actividades de matemática, lengua, rompecabezas, seriaciones, lateralidad, (programas españoles que conseguimos a través de Internet)
Luego durante 2002/2003 la Dirección de la Escuela decide conformar la sala de informática, con 4 PC, dos P2 y 2 P3 recicladas y ahí comencé la tarea de coordinadora del taller de computación para los chicos, los cuales tienen diversas patologías mentales, motoras, visuales, diferentes síndromes, lesiones cerebrales leves, etc.
Durante los años 2004, 05 y 06 participamos activamente en un proyecto colaborativo vía Internet llamado: “Atlas de la Diversidad” (España), desde el cual pudimos conocer un espacio donde no habíamos hecho ninguna experiencia hasta el momento.
Ingresar a esta realidad virtual que Internet ofrece y trabajar con sus pares de otros países, con otras culturas, y conectarnos, comunicarnos y tender redes comunicativas, a través de una página web y de las diferentes actividades para realizar y enviar, todo esto fue realmente enriquecedor tanto para los chicos como también para los docentes que los acompañamos.
Por medio de este proyecto conseguimos unas nuevas PC, con conexión a Internet por banda ancha, algo que seguimos teniendo actualmente en la escuela (gracias a donaciones de la comunidad). Y quizás lo más importante de este proyecto es que les permitió a los chicos el acceso a nuevos conocimientos, nuevas aptitudes y actitudes, y a vencer limitaciones.
Para resumir un poco en esta línea histórica, durante el 2005 compré una nueva computadora y una cámara digital, en ese momento creí que eran elementos necesarios para seguir avanzando en este auge tecnológico, este mundo de las Tic que me sigue apasionando día a día.
Más allá de no compartir los conceptos neoliberales, ni de las sociedades “de los países centrales”, pienso que la presencia de estos nuevos instrumentos nos ofrecen oportunidades para mejorar la calidad de vida de los chicos, sobre todo en la escuela donde trabajo, ya que no tienen esta posibilidad en otro lado, y desde la escuela podemos ir construyendo y aplicando las Tic en sus aprendizajes.
Lamentablemente aún sigue faltando mucho para que se haga realidad lo que pensaba sobre la Sociedad de la información (SI) Norbert Wiener, cuando decía que la información circularía sin trabas, pues hoy en día, sobre todo en países como el nuestro, siguen vigentes las desigualdades de acceso a la información.
Entonces el acceso a las Tic no es “para todos”, y éstas quedan limitadas a un sector de la población.
Si bien en muchas escuelas hay computadoras, y existen planes como "Conectar Igualdad" , o diversos programas desde los ministerios para acceder a las Tic, los inconvenientes económicos y la deserción escolar, siguen siendo problemas sin resolver que por lo tanto obstaculizan el acceso de una gran parte de la población a la sociedad de la información.
Es cierto que cada vez son mayores las investigaciones que se realizan para ver los resultados que arroja la inclusión de Nuevas Tecnologías en los contextos de enseñanza y de aprendizaje, y que aún quedan sin responder muchas preguntas y dichos estudios apuntan a que ciertos procesos de aprendizaje pueden ser mejorados gracias a tecnologías informáticas educativas.
El desafío consiste, entonces, en que sepamos utilizar las nuevas Tic, no sólo, las computadoras, de la mejor manera posible y darles, y darnos, la oportunidad para construir una sociedad donde la información deje de ser una mercancía y en la que todos podamos comunicarnos sin que eso sea un privilegio como hasta ahora. Quizás también el desafío está en no olvidarnos que el uso de estas tecnologías nunca podrá reemplazar el encuentro cara a cara con el otro, donde a veces una mirada o un simple gesto nos “informan” o “comunican” mucho, aunque no se diga ni una palabra.
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